España, el Toro y la Mascarilla.
En España podemos encontrar gran diversidad de tradiciones, desde un ámbito más religioso a aquellas más populares y dependiendo del ojo que las miren, pueden llegar a ser polémicas, un tanto peculiares o incluso anticuadas, pero aquellas que parecen destacar más son las que conlle- van un riesgo.En nuestro país existe ese continuo afán por acercarse a la muerte, nos gusta. Esto podemos verlo tanto los Castellers de Cataluña con espectaculares pirámides humanas, en las Fallas de Valencia donde se incendian estructuras de más de 20 metros entre edificios residenciales, en las Jarram- plas de Piornal, una festividad en la que una persona es lapidada con nabos hasta que ésta llegue a su límite o en los famosos Sanfermines de Pamplona. Entre estos múltiples eventos, los más po- lémicos por excelencia son aquellos en los que se utiliza al toro como medio de espectáculo cau- sando finalmente su muerte de manera agónica, haciendo uso de los diferentes útiles de torear: desde la clásica corrida de toros, los rejoneos o las becerradas.Sin embargo, los Correbous, o toros en la calle, son espectáculos populares típicos de la Comuni- dad Valenciana y de las tierras del Ebro en Cataluña, en los que se sueltan, se exhiben, o se torean toros sin que el espectáculo acabe en la muerte del animal. Normalmente estos actos coinciden con fiestas mayores, ferias y celebraciones populares. En estos meses de pandemia y a causa de las cancelaciones del Covid-19, han habido numerosos pueblos de Valencia que han aprovechado el final de año de 2021 para celebrar los eventos que no pudieron realizarse el año anterior por las restricciones y de este modo ayudar a los ganaderos, que en esta situación tuvieron que vender a sus propios toros como alimento.En este reportaje conoceremos desde dentro tanto los festejos taurinos en los que el daño al ani- mal no es tan visual como todos los procesos que se producen en un festejo popular taurino en pueblos de Valencia. Concretamente nos embarcamos de lleno en la modalidad de Toro de cuerda en tiempos de Covid-19.Los ganaderos son los responsables del cuidado de los bovinos. David Alfaro es ganadero en Cheste, un pueblo situado a 26 kilómetros de Valencia.
Como casi cada día, David y su compañero llegan a la finca, esta vez en una mañana más fría y lluviosa de noviembre para preparar y llevar a los toros a Godelleta ya que en ese día estaba programado realizar el evento de toro de cuerda. Con la ayuda de solamente unas linternas buscan en plena oscuridad entre las más de cien cabezas bovinas los que para ellos serán los indicados en este día festivo. David explica cómo es de importante seleccionar de manera adecuada los toros que representarán ese día a su ganadería, ya que, en cada uno de estos eventos se demuestra la validez de sus animales. De lo contrario, si el toro no responde de la manera esperada, es decir, resistiendo a la corrida durante una hora, quedará en evidencia, lo que afecta negativamente a su reputación y orgullo como ganadero.
En este caso, la lluvia no disminuye por lo que conlleva la cancelación del festejo. Cuando las fiestas se cancelan, los ganaderos no ganan nada. David se siente agradecido ya que las peñas taurinas del pueblo le intentan compensar por las molestias del transporte este lo rechaza ya que es preferible que se vuelvan a poner en contacto con él en futuras ocasiones.Cuando ya hemos dejado a los toros en la finca y en una amena conversación, me confiesa que el 2020 ha sido un año muy duro, ya que tan solo se pudieron realizar un total de 473 festejos de bous al carrer, a diferencia de 2019 donde se realizaron 8623 solamente en la Comunidad Valen- ciana. La disminución de festejos, provocó que muchos ganaderos tuvieran que vender a los toros a los mataderos. Este hecho, disminuye las ganancias debido a que la carne de toro la venden por apenas ochenta céntimos el kilogramo. Comenta además, lo complicado y sacrificado que puede llegar a ser este oficio.Al día siguiente, y una vez la lluvia despejó, comenzaron los preparativos para el evento. Los pe- ñistas aprovechan que los toros están encerrados en el camión para colocarles la badana, una es- pecie de corona de colores vivos que se ata a la cornamenta del toro para poder sujetar la cuerda al animal, este momento es un tanto delicado y peligroso. Al estar estresado, el toro embiste el camión, chocando así sus cuernos contra las paredes, lo que ha producido más de un accidente al golpear las manos y brazos de los peñistas con el toro. Los mayores enseñan esta labor a los más jóvenes para así poder perpetuar la tradición. Este proceso se realiza una hora antes de la salida del toro aunque no dura más de treinta minutos.
A pesar de ser las 8 de la mañana de un domingo de noviembre, Godelleta está llena de jóvenes del pueblo y de los municipios colindantes. El inicio de la carrera comienza al lanzarse un petar- do al aire que señalará a los corredores que se abrirán las puertas del camión. Aquellos más atre- vidos tiran de la cuerda del toro, la cual debe de medir inicialmente más de 35 metros, y obligato- riamente deben de colocar una marca a los 14 metros del animal la cual nunca podrá ser superada. Esto es así, ya que a medida que avanza la carrera, la cuerda se va cortando, esta se va ofre- ciendo a las casas de los peñistas inscritos en los eventos como ofrenda y recuerdo. Además, de este modo se va adecuando la cantidad de corredores que sujetan la cuerda, ya que, a medida que hay menos cuerda, también hay menos corredores tirando del animal.Los mozos llevan el toro por todo el pueblo tirando de él, corriendo por delante y por detrás del animal. El objetivo es llevarlo y atarlo a las puertas de los peñistas para que estos puedan tomarse fotos con los animales. Cristian, divulgador y apasionado del toro de cuerda, critica la presencia de personas de todas las edades ya que, bajo una ficticia seguridad debido a que el toro está atado, se sienten libres de situarse al lado de este para inmortalizar el momento, pero como ya ha ocurrido en otras ocasiones, el cuerno del toro se puede desprender a causa de algún golpe y oca- sionar alguna desgracia.Este tipo de eventos participan peligrosamente personas de todas las edades, ya que los adultos quieren hacerle fotos a sus hijos con los toros y los más mayores quieren recordar como lo hacían de antaño y sentir mínimamente al menos por unos metros la adrenalina que se genera al correr delante de un animal de dichas características.Este momento se aprovecha para que el toro pueda descansar unos pocos minutos y después se vuelve a emprender la carrera hacia la nueva parada.Para las asociaciones animalistas como AnimaNaturalis el toro de cuerda es ̈probablemente, el espectáculo más atávico y también el más angustiante para el animal, al ser el que limita más sus movimientos y por más tiempo ̈, además de los golpes, caídas y en ocasiones descargas eléctricas que recibe el animal si no corre lo suficiente o se deja caer. Estas descargas las comprobamos cuando los dos toros de la ganadería Gregorio de Jesús, no cumplieron las expectativas tanto de los peñistas como de los propios ganaderos ya que no aguantaron las carreras dejándose caer por el asfalto. Esto conlleva enfado y abucheos por parte de los corredores del pueblo que recrimina- ban a los ganaderos la mala elección de los toros. Los activistas animalistas luchan por los dere- chos de los animales asistiendo a los eventos haciéndose pasar por participantes o turistas para así poder grabar imágenes que posteriormente denunciaron en redes sociales.El sector taurino ha concluido el 2021 con un buen sabor de boca. Esta es la sensación de Vicente Nogueroles, presidente de la Federación de Peñas Taurinas de la Comunidad Valenciana, quien pone sobre la mesa el ingente trabajo que se ha tenido que hacer entre administración para volver a exhibir los toros en la calle pese a la pandemia.
En el año 2021 y según los datos de la Generalidad Valenciana ningún brote se ha podido asociar a los 1.755 festejos que se han realizado durante el año. De ellos, 936 se han celebrado en la pro- vincia de Castellón, una cifra que mantiene a la provincia a la cabeza del territorio valenciano en la exhibición de festejos con el 53,3% del total.̈La pandemia no ha mermado su capacidad, ilusión y ganas de organizar bous al carrer ̈, manifes- taba Nogueroles.De todos modos, y a pesar de los buenos resultados obtenidos hasta el momento, el inicio de este 2022 se prevé complicado por la alta incidencia en la mayoría de los municipios. Ante la dificul- tad que supone controlar las aglomeraciones se han suspendido los actos hasta el final de primavera.